Incertidumbre es la palabra que define y que representa el rostro de los comerciantes latinos del Mercado de Pulgas o “Flea Market” de San José, quienes ven en la posible desaparición de este ya tradicional lugar, como un duro golpe a la comunidad hispana.

Para Ramiro Pérez Ayala, un comerciante y distribuidor de Royal Prestige «es un error» el posible cierre del famoso “Flea Market”, ubicado en el 1590 Berryessa Road en San José.
«Creo que es un error porque éste “Flea Market” por muchos años hemos estado aquí, la gente nos conoce, muchísima gente, posiblemente millones de personas vienen aquí a pasarla bien, a hacer sus compras y sería un golpe duro a nuestra comunidad latina», dijo a Alianza News.
Y es que, señaló, el cierre del emblemático Mercado de Pulgas podría afectar alrededor de mil comerciantes de 750 locales, y a «nuestros hermanos que vienen aquí para pasar un buen tiempo, pero también para hacer sus compras».
Martina Salgado, quien tiene un negocio familiar que casi cumple un año en la venta de cosméticos en el Mercado de Pulgas, considera que la posible desaparición del lugar son «puras suposiciones de la gente».
«La verdad es que no he escuchado, soy propietaria con mi hija y no hemos escuchado en ningún momento, ni nos han dicho en ningún momento de la Oficina de que vayan a cerrar aquí», precisó.
Mary Díaz, originaria de Perú y quien ayuda a su madre de vez en cuando en su negocio llamado «San Miguel», el cual tienen más de 15 años de antigüedad en la “pulga” señala que ha escuchado rumores sobre el posible cierre.
«Mi mamá me estuvo contando que van a cerrar de aquí a un año, pero una señora que tiene 40 años aquí dice que van a cerrar a 3 años, más o menos», subrayó.
De cerrarse, puntualizó, «daría pena, porque tiene mucho tiempo aquí y mi mamá está acostumbrada acá, tienen muchos años ya, y me daría mucha pena por toda la gente porque es un sitio al que la gente latina venimos a comprar», relató a Alianza News.
El jueves 4 de junio, varios vendedores, junto con representantes de grupos laborales y de defensa como Latinos Unidos por una Nueva America (LUNA), Working Partnerships USA, SIREN, Catalyze SV y otros, marcharon desde el Mercado de Pulgas de San José hasta el ayuntamiento para protestar contra un plan que podría afectar en gran medida al histórico espacio.
Apenas el mes pasado, la Comisión de Planificación de San José votó 5-1 para recomendar el Plan de aldea urbana Berryessa BART, un desarrollo que ocuparía 61.5 acres del sitio del mercado de pulgas ubicado en Berryessa Road cerca de la autopista 101, con la finalidad de construir un centro comercial de hasta 365 mil pies cuadrados y hasta 2 mil 800 unidades residenciales.

Si el Concejo Municipal aprueba este desarrollo en una votación que se llevará a cabo el 22 de junio, reducirá de 15 a 5 acres el tamaño del Mercado de Pulgas, lo que significaría un tercio del total del complejo que es, para muchos, sustento y un gran respiro tras la crisis económica resultado de la pandemia por COVID-19.
El Mercado de Pulgas de San José es parte de la vida de miles de residentes del “Silicon Valley” y sus alrededores, además de ser emblemático en EE.UU. pues es el más grande de su tipo en el país, el cual, hasta antes de la pandemia, recibía más de cuatro millones de visitantes al año.
George Bumb lo fundó en 1960, y de acuerdo con la historia, la idea de abrir el espacio se desarrolló mientras trabajaba en el negocio de los residuos y vertederos sólidos al ver como una gran cantidad de «tesoros» eran desechados todos los días sin que alguien obtuviera un beneficio de ello.
Al enterarse del éxito de las reuniones de intercambio que recién comenzaban en Los Ángeles, Bumb se dirigió al sur para investigar cómo se llevaban a cabo y organizaban estas reuniones de So Cal.
Finalmente, vio una forma de mejorar la idea. Tomó lo que observó y lo amplió para incluir puestos de comerciantes individuales, y simplificó todo el proceso para los proveedores al ofrecer almacenamiento de productos en el sitio durante la semana.
Así, en marzo de 1960, con una escasa inversión, se inauguró el Mercado de Pulgas de San José en un terreno agrícola en Berryessa Road en San José, un estrecho camino rural rodeado de huertos. La primera oficina, construida y atendida por Bumb y miembros de la familia, albergaba el único baño y un bar de refrigerios limitado.
En el espacio se pueden encontrar gran variedad de artículos para el hogar, herramientas, entretenimiento, productos frescos y una variedad de servicios en los que se puede ahorrar cantidades significativas; además las familias pueden pasar el día comprando, comiendo y jugando.
De cerrarse el Mercado de Pulgas de San José, no solo se perderán cientos de ingresos para las familias propietarias de los locales y de los cientos que acuden a vender, sino que se dejará en el olvido una tradición comunitaria y familiar durante que ha sido parte de varias generaciones.