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Sobreviviente Elvira Herrera de Líderes Campesinas: “Me vendía para pagar sus deudas”
Por Rossana Drumond, Alianza News
La violencia doméstica es uno de los peores crímenes de la humanidad y el menos reportado. Se empieza con un grito, luego los golpes y en muchos casos, terminan asesinando a su víctima.
El desgarrador testimonio de la activista Elvira Herrera de la organización Líderes Campesinas nos llena de tristeza el sufrimiento que ella padeció pero también nos llena de valor para seguir adelante y hacer un cambio para mejorar nuestras vidas.
“Yo pasé por muchos retos, sufrí violencia doméstica por parte de mi pareja desde los 18 años y él era mayor. Ese hombre hizo tráfico humano conmigo, cuando no tenía dinero para pagar sus drogas pagaba conmigo. Cuando yo tenía 3 meses de embarazada me golpeaba y mató a mi bebé. Llegué a dormir en los callejones, escondiéndome de él. Yo tenía tanto miedo, tenía tanta vergüenza de decirle a mis padres. En dos ocasiones me violaron para que él pague sus deudas», dice Elvira Herrera.
La activista Elvira desde muy joven vivió esa terrible pesadilla que es la violencia doméstica pero logró escapar de ese mundo de abuso al que era sometida por su primera pareja. Sin embargo, la vida le preparaba otro duro golpe. Después de un tiempo, Elvira tenía la esperanza de tener algún día un hogar lleno de paz y se casó. En esta segunda relación, al principio todo era maravilloso pero al poco tiempo todo cambió, su pareja se volvió celoso y muy agresivo.

En la foto, la activista Elvira Herrera de la organización Líderes Campesinas y sobreviviente de violencia doméstica. A la derecha, el vestido manchado de sangre de Elvira, como resultado de las graves heridas que le ocasionó su esposo.
“Él que era mi esposo me secuestró por 3 horas, me torturó, me arrancó las uñas, me cortó el pie izquierdo con un cuchillo y me dió un balazo con una escopeta. Allí desangrada me llevaron al hospital y quedé grave, en coma. Dios tiene la última palabra, estuve en silla de ruedas por 1 año. Este hombre salió bajo fianza un agosto 4 y el 6 vino detrás de mí. En el 2013 se le dio la sentencia y hasta ahora sigue en la cárcel”, relata la activista Elvira Herrera.

“Dios tiene la última palabra, estuve en silla de ruedas por 1 año”, dice Elvira. En la foto se muestra el pie y el brazo herido de la activista Elvira.
Se cuentan por miles los casos parecidos al de Elvira donde el agresor le dispara con armas de fuego a su víctima. Según los datos del Centro de Leyes Giffords, 4.5 millones de mujeres en Estados Unidos fueron amenazadas con un arma por su pareja. De esa cifra, 1 millón de víctimas recibieron disparos durante una situación de violencia doméstica y se calcula que cada año, 600 mujeres son asesinadas a balazos bajo estas circunstancias.
“ Yo viví todo esto, por eso de corazón ayudo a las mujeres como si fuera mi propio caso. Y les digo, no hay que quedarnos allí abajo, donde nos dejaron tiradas, hay que levantarnos y curar nuestras heridas. No hay que juzgar a otras mujeres, que por tontas se quedan con los maridos, hay que ayudarnos entre nosotras. Muchas mujeres se deprimen porque las dejan con cicatrices por dentro y por fuera, pero yo cada vez que miro mis cicatrices por fuera es como una medalla de una guerra que peleé y gané, y vivo para contar una historia de salir adelante. Si te dejaron marcada, no te avergüences, marcadas pero vivas. Hay esperanza, solo que hay alzar la voz y denunciar al agresor”, exhorta Elvira de Líderes Campesinas.
La violencia doméstica es un delito que incluye el abuso físico, sicológico, económico y sexual. Asimismo, el comportamiento de la pareja que altere la calma mental y emocional, incluyendo el control coercitivo, que es un patrón de conducta que interfiere con la libertad personal y la libertad de elegir.
Son falsos los argumentos de que la violencia doméstica es por causa del estrés, molestia, desempleo, falta de control o impulso. Los agresores siempre tienen estas excusas para justificar su conducta descontrolable. Los abusos contra la mujer, niños y niñas, ancianos suceden en todos los ámbitos sociales, religiones y culturas, pero el problema se agrava aún más cuando no denuncian al agresor.
Es necesario remarcar, que dentro de esa violencia contra las mujeres, las campesinas son uno de los grupos que más sufren y menos reportan a su agresor. Durante nuestra entrevista, Elvira Herrera, nos habló de su organización Líderes Campesinas, donde ella trabaja por más de 6 años.
Cabe resaltar que las campesinas son líderes naturales, mujeres que tienen un valor excepcional en la forma como trabajan y los riesgos a que se exponen. Nuestro reconocimiento a cada una de ellas que recogen los frutos que llevamos a la mesa.
Líderes campesinas es una organización sin fines de lucro que cuenta con 33 años de historia. Su misión es fortalecer el liderazgo de las campesinas para que unidas sean el puente que logre los cambios sociales, económicos y políticos. Asimismo, asegurar el respeto a sus derechos humanos. Cuentan con más de 13 comités en diferentes lugares de California. El enfoque es ayudar a la mujer y conectarla con diferentes organizaciones.
“Líderes Campesinas ayuda en diferentes formas a las personas que son víctimas de violencia doméstica, tenemos una larga historia de apoyo para las sobrevivientes. Ayudamos a las campesinas, las acompañamos a la Corte, a la policía si quieren hacer un reporte, las conectamos con abogados que no tengan que pagarlo. Lo mismo, ayudamos a las personas indocumentadas, les damos ropa, donde vivir y alimentos. Nosotros no sólo damos una referencia, damos seguimiento a sus necesidades, paso por paso”, explica la activista.
A pesar del duro diario vivir, de la inclemencia del tiempo, de la forma como trabajan, las campesinas están expuestas a los químicos nocivos y muchas veces a los maltratos de sus parejas. Sin embargo, muchas de ellas no los denuncian por diferentes motivos.
“Tristemente no todas reportan por varias razones: tienen miedo que van a ser deportadas, es el miedo que les dice el marido. Esto no es cierto porque la policía no pregunta por tu estado migratorio. Ya he tenido casos para procesar y después se arrepienten. Otras por motivos religiosos, porque su pastor le dice que es contra la Ley de Dios. También, las amenazas de quitarles a sus hijos, no tienen donde vivir, por miedo y mitos”, explica Elvira Herrera.
En Estados Unidos, la Asociación Americana de Médicos reporta que a nivel nacional, cada año, más de 5 millones de mujeres son abusadas de forma física , verbal o de otra mala manera.
La violencia doméstica concierne a toda la comunidad porque aparte de los devastadores efectos familiares y sociales, están los económicos que reportan nacionalmente una pérdida de más $3 billones anuales debido al ausentismo y baja productividad en el trabajo.

“Él que era mi esposo me secuestró por 3 horas, me torturó, me cortó el pie izquierdo con un cuchillo y me dió un balazo con una escopeta. Allí desangrada me llevaron al hospital y quedé grave, en coma”, dice Elvira Herrera.
Hay miles de Elviras sufriendo y siendo violentadas por su pareja. Pero también, hay miles de Elviras que se deciden a denunciar a su agresor y salir de ese ambiente de violencia doméstica. Hoy por hoy, Elvira es una gran activista que ayuda a las víctimas, a las sobrevivientes y trabaja en Líderes Campesinas. Su decisión le salvó la vida.
Recuerde que la violencia doméstica es considerada como un crimen en los Estados Unidos y la ley protege a sus víctimas. No tenga miedo, llame al 911 y denuncie al agresor. También, puede llamar a la línea Nacional de Violencia Doméstica 1-800-799-7233. Asimismo, se puede contactar con Líderes Campesinas al (805) 486-7776 y puede visitar www.liderescampesinas.org
Este artículo es parte del proyecto periodístico sobre la Violencia Doméstica en la comunidad latina y cuenta con el apoyo y generosidad de Blue Shield of California Foundation.