Han pasado más de cinco años para que un tribunal estadounidense dicte una condena definitiva a favor de un trabajador negro que en el año 2015 fue contratado por la empresa Tesla para trabajar en Fremont (California), sufrió repetidos abusos por discriminación racial, en la planta de montaje de vehículos.
Tesla fue condenada a pagar 3,2 millones de dólares a su antiguo empleado, Owen Díaz, quien durante el tiempo que trabajó en Fremont, junto a otros trabajadores negros fue insultado de forma constante por algunos de sus colegas, quienes hicieron dibujos racistas en los lavabos de la planta.
Este caso, en donde se involucra a una de las empresas de Elon Musk, que diseña, fabrica y vende automóviles eléctricos, nos sirve para ejemplarizar la discriminación y acoso del que son víctimas de forma habitual trabajadores en muchas empresas de Estados Unidos, sin que estas tomen medidas para evitar el constante acoso que sufre su personal.
DONDE NACE LA DISCRIMINACIÓN
En las páginas del periódico Alianza Metropolitan News, en su campaña Alianza contra el racismo, hoy conversamos con dos especialistas en temas de psicología y bienestar, quienes nos ofrecen una reflexión acerca de la discriminación y acoso del que son víctimas muchos de los trabajadores, especialmente mujeres que buscan ganarse un sustento para sus hogares.
Para la psicóloga peruana Emperatriz Castillo, la discriminación hacia a una persona es un tipo de comportamiento que se adquiere en el entorno familiar y social o a través de los medios de comunicación, que lejos están de realizar una labor educativa y de prevención.
“El tener una actitud discriminatoria surge de la percepción misma de la persona, porque copia modelos de discriminación en el hogar o la escuela. Es por ello que un terapeuta debe analizar la situación y determinar si la persona, puede ser recuperable mediante la modificación de su conducta”, explica.
La psicóloga Castillo es clara en señalar que los casos de discriminación racial o acoso laboral son muchos, sin embargo, existe un alto porcentaje de casos que no son denunciados por falta de conocimiento, porque desconocen cómo actuar o temen ser despedidas, sumado a que en su mayoría estas empresas son informales o no formalizan a su personal.
Ante la pregunta, ¿son los trabajadores, jefes de sección, funcionarios o dueños quiénes más fomentan este tipo de conductas?, nuestra consultora nos refiere que mayormente estas provienen de una persona que desde pequeña o en parte de su adolescencia o juventud no se le ha introyectado a ser tolerante, no se le ha encaminado a respetar a las personas diferentes o inclusivas; no respeta los patrones morales, éticos, culturales, sus valores; sus conceptos erróneos o sus enfoques de percepción son distorsionados.
“En cuanto al acoso sexual mayormente los casos suelen provenir del jefe o la persona que de alguna manera ejerce cierta autoridad en el trabajador, pero ello no quita de que compañeros de trabajo también ejerzan acoso laboral o sexual”, nos explica.
CÓMO SABER SI ERES VÍCTIMA
Para el psicólogo Juan Carlos Pérez Bautista, director académico en el Instituto de Psicología y Bienestar – Andares, nos explica que es difícil que una víctima de racismo o acoso acuda a pedir ayuda por propia iniciativa, mayormente lo hace porque alguien la refiere.
“Una víctima o la persona que practica el racismo o la discriminación llega al consultorio psicológico referido por su jefe, sus compañeros, familiares o por un juez que dictamina que lleve tratamiento. Los jóvenes o adultos no van por su propia voluntad. Cuando son niños son referidos por la maestra del colegio y por los padres que desean extinguir esas conductas poco sociales en sus hijos”, señala.
Ante estos casos el psicoterapeuta empezará a hacer los procedimientos de acuerdo a su formación y especialidad en manejo de trastornos y terapia; pero en general hace una anamnesis, una evaluación mental y psicológica, para elaborar un informe psicológico que lleve a diseñar un Plan Terapéutico, en el que se incluye a la familia y a los grupos sociales que rodean al tratante.
Emperatriz Castillo, desde su experiencia como psicóloga nos comenta que toda persona acosada o violentada siempre tendrá consecuencias graves, especialmente en el centro laboral, porque será menor su productividad o rendimiento, presenta absentismo reiterado, bajas laborales contínuas, empeoramiento de las relaciones en el entorno laboral.
“A nivel personal la propia víctima del acoso será más propensa a sufrir una disminución de la autoestima, tiene sentimientos de culpa, trastornos depresivos, ansiedad, estrés postraumático, alteraciones del sueño y del descanso, alteración de la personalidad; frecuentemente presenta úlceras, dolor de cabeza, náuseas, problemas gastrointestinales, hipertensión, granos, e incluso enfermedades. Adicionalmente sufrirá un empeoramiento de sus relaciones personales con la familia y amigos”, precisa.
VENCIENDO EL ACOSO
Por otro lado, la psicóloga Castillo nos hace reflexionar sobre las experiencias laborales de varios países latinos, como en el Perú, donde las empresas del sector privado a través del área de recursos humanos generan sus políticas en torno al respeto, buen trato, el acoso, la discriminación y tiene comités internos que vigilan y evalúan los casos cuando se presentan; también cuentan con un Reglamento Interno de Trabajo para no fomentar conductas abusivas y que llegan al punto de despedirte por estas malas prácticas dentro del centro laboral.
Este artículo es parte del proyecto periodístico Alto al Racismo (Stop the Hate) en California y cuenta con el apoyo de California State Library.