“Regrésate a tu país”, “Eres una inmigrante indocumentada”, “Tú no puedes estar aquí”, “eres una mojada”, “América para los americanos”, y otra docena de expresiones, insultos y frases hirientes son lo que a diario tienen que enfrentar muchos migrantes en California para defender un lugar donde trabajar o donde vivir. Al margen de convertirse en el blanco de asalto y agresiones físicas que simplemente nos sirven para demostrar que el racismo y la discriminación existen.
El ‘Downtown’ de la ciudad de San José, capital de “Silicon Valley” ha sido centro del racismo contra los vendedores ambulantes, se presentan agresiones que van desde el insulto hasta la agresión con un bate de béisbol o el agarrarse a puño limpio entre comprador y vendedor; sin embargo lo que más nos llama la atención es que las agresiones llegan incluso de tu misma raza, de tu misma gente o “compañeros” de venta ambulatoria.
Hoy a través de Alianza Metropolitan News queremos unirnos a la lucha “Alianza contra el racismo” analizando las formas de rechazo y desprecio contra algunos vendedores ambulantes que venden tacos, hot dogs, frutas o cualquier otro producto en las esquinas y calles de San José.
Es el testimonio de Silvia Rodríguez, activista comunitaria de origen mexicano, con más de 28 años viviendo en Estados Unidos, quien también fue víctima de discriminación por su condición de ser una humilde vendedora de paletas y tamales en las calles, que nos sirve para ilustrar el racismo que existe contra los vendedores ambulantes.
CASOS DE RACISMO
Meses atrás, el vendedor ambulante de hot dogs por más de 30 años, Saúl Rencono, en las afueras del SAP Center en San José fue atacado violentamente por un cliente porque simplemente quería comida gratis.
Cuenta que después del concierto de Ana Gabriel, una persona le compró 5 hot dogs y exigió seguir consumiendo pero en forma gratuita, al recibir una negativa por parte de Saúl es que lo ataca violentamente terminando internado en el hospital con un tabique roto y tres dientes menos.
Días después en la calle Old Bayshore en San José se registró un nuevo ataque contra un vendedor ambulante, esta vez con un bate de béisbol. No mediaron palabras simplemente insultos como “eres un ilegal” y pretender sacar de su sitio las cosas donde vendía sus cosas. El autor de la agresión fue un empleado de Intex Auto Parts, un negocio cercano.
El año pasado, se registró un caso de racismo y acoso contra una vendedora de frutas, cuando una cliente agresiva llegó a consumir los productos de Leticia Magaña en el centro de San José. Ella contó que la mujer discutió con su pareja y cuando quisieron darle un vaso con agua para que se calmara, comenzó a insultarla repitiendo varias veces que era una “mojada”.
Todos estos casos, tienen en común los insultos, los ataques físicos y verbales, simplemente porque se ubican en una esquina para vender sus productos y ganarse algunos dólares como sustento diario. Son la muestra de que existe el racismo en California contra los vendedores ambulantes, Es la muestra que ellos son blanco de ataques de odio.
POR VENDER GORROS
La activista comunitaria Silvia Rodríguez, desde el fondo de su corazón y con un rotundo “si”, nos contesta a la pregunta ¿Existe racismo contra los vendedores ambulantes?. Porque ella lo ha vivido en carne propia desde el primer día que llegó a California, primero cuando vendía sus paletas, luego con la venta de sus ricos tamales y últimamente con la venta de sus gorritos navideños.
“Realmente si hay un racismo contra el vendedor ambulante. Es un racismo con odio que se ha convertido en violento sobre los vendedores. Incluso hasta llegan a robarte, atacarte y aparte insultarte. Como que ya es una psicosis contra los ambulantes. Nosotros no ejercemos el odio, sino simplemente estamos tratando de sobrevivir”, expresó.
Silvia nos cuenta que ha vivido muchas experiencias a lo largo de sus 28 años como trabajadora ambulante, últimamente tomó un trabajo de vendedora de gorritos con luces navideñas en el “downtown” de San José, junto a cientos de ambulantes que ocupaban las calles.
“Pero me causó una tristeza cuando busco un espacio para ponerme, yo ni siquiera ponía mesa, simplemente me paraba, sacaba mis gorritos, los ofrecía y enseñaba. Allí uno de los vendedores de hot dogs me empezó a gritar, que me quitara de ahí que le estorbaba, que le quitaba la clientela, yo le contesto que no le estoy quitando nada porque no estoy vendiendo su producto, y que no ocupo mucho espacio. Pero el hombre siguió y siguió gritando hasta que un seguridad lo amenazó con moverlo si no dejaba que yo vendiera”, contó.
Otra de sus experiencias que la han entristecido porque ve cómo nuestra propia raza es capaz de atacar, es cuando un día en el centro de San José llegó un vendedor de hot dogs y se acomodó en un lugarcito, cuando de pronto 7 vendedores estaban encima de ese hombre, casi lo golpea para quitarlo de allí.
“Era tal la insistencia de quitar a ese señor que se acababa de ubicar, simplemente porque no era familia de los otros vendedores, o sea, era un grupo familiar que se apoderó de la calle y que entre ellos se cuidan”, comentó.
La activista asegura que también se está ejerciendo racismo entre nuestra misma raza, parece que no se entiende que todos tienen la misma necesidad de llevar unos dólares a sus casas. Esta situación le ha sido frustrante y mucho más el saber que se ensañan contra algunos a quienes destrozan sus puestos o son atacados con armas.
En otro momento de su entrevista, Silvia Rodríguez, también lamentó que inmigrantes que ya han conseguido un estatus, muchas veces pierden su sensibilidad y se convierten en los discriminadores de otros migrantes.
“Muchas veces son otros migrantes que con su trato o expresiones te hacen sentir mal, puede que no te lo hagan saber, pero si te lo hacen sentir con palabras como ¡si no te está yendo bien en este país entonces vete al tuyo!. Estas expresiones en lo personal se sienten como una falta de respeto a alguien, un rechazo por ser inmigrante”, aseguró.
RECOMENDACIONES
A través de las páginas de Alianza News queremos incentivar y animar para que más personas que se sienten maltratadas o discriminadas se animen a denunciar a sus acosadores partiendo de reconocer que existe una diferenciación en el trato que les dan.
Es por eso que nuestra entrevistada, Silvia Rodríguez, quien también trabaja con los hispanos informando sobre sus derechos en este país, nos recomienda que es necesario armarse de valor para denunciar los casos porque así se podrá hacer un seguimiento y evitar que nuevos ataques de vandalismo, agresiones físicas se sigan dando. La policía está trabajando en ello. “Tenemos las famosas redes sociales que han subido vídeos y que sirven como testimonio de una golpiza, de la agresión y de la persona que te ofendió”, afirmó.
Puntualizó que si tienen temor hablar, llamar, preguntar se dirige a una organización que los puede guiar paso a paso cómo afrontar la discriminación racial. “Hay muchas formas como podemos defender nuestros propios derechos y no sentirnos más discriminados. Debemos tener valor, perder el miedo y saber que somos importantes en este país, sin importar su estatus y sin importar su color o qué idioma hablan”, concluyó.
Este artículo es parte del proyecto periodístico Alto al Racismo – Stop the Hate, California State Library.