Accesibilidad de productos de tabaco aromatizados en jóvenes ha pasado de un problema de salud a una cuestión de justicia social y racial.
*Comunidades de color las más afectadas
Por Pamela Cruz, Alianza News
Ya sea con sabores como: fresa, menta, algodón de azúcar o Tarts, la industria del tabaco ha encontrado un modelo de comercialización de sus productos altamente efectiva en niños y jóvenes, lo cual ha pasado de convertirse en un verdadero problema de salud a una cuestión de justicia social y racial.
Las ciudades de Antioquía y Pittsburgh se han visto gravemente afectadas por el alto consumo de estos productos derivados del tabaco, especialmente los jóvenes, quienes han desarrollado adicción a los cigarrillos electrónicos y dispositivos de vapeo, ello debido a que un alto porcentaje de los minoristas de tabaco se encuentran cerca de las áreas como escuelas, parques y bibliotecas, entre otros espacios.
Y es que, la vulnerabilidad y la gravedad de las enfermedades debidas al COVID-19, así como los impactos sanitarios y económicos han asolado de forma desproporcionada a diversas comunidades y poblaciones de bajos ingresos. Mientras que la intersección de las infecciones con el consumo de tabaco es una preocupación importante.
El doctor Phillip Gardiner, copresidente del Consejo de Liderazgo de la African American Tobacco Control, señaló que, de acuerdo con un estudio recientemente publicado, los cigarrillos mentolados son responsables de 1.5 millones nuevos fumadores, la muerte prematura de 150 mil fumadores, y 1.5 millones de años de vida perdidos entre los afroamericanos en los últimos 30 o 40 años.
«Seamos claros. El principal asesino de los afroamericanos son estos productos y mientras que los afroamericanos constituyen sólo el 12 por ciento de la población total de EE.UU., representan el 15 por ciento de todos los nuevos fumadores, 41 por ciento de las muertes prematuras relacionadas con el tabaquismo y el 50 por ciento del total de los daños mentales relacionados al tabaquismo», señaló durante una conferencia con medios.
Debido a ello, dijo, dichos productos «tienen que salir de la comunidad».
En ese sentido, destacó que los cigarrillos mentolados y con sabor han sido y son los principales factores de muerte y enfermedad en los afroamericanos, principalmente en aquellos que viven en la pobreza.
«La pandemia de COVID-19 sólo ha arrojado un foco en las disparidades de salud y en el tratamiento desigual que las comunidades de color pobres enfrentan en los Estados Unidos. En este momento. Nada podría ser más útil para salvar las vidas de los afroamericanos y mostrar que las vidas de los negros importan, que sacar los cigarrillos mentolados y con sabor directamente de la comunidad negra».
El especialista explicó que el mentol es un anestésico por definición, mientras que disfraza el sabor duro del tabaco al fumarlo. «Hay una sensación de enfriamiento, una sensación de adormecimiento y permite una inhalación más profunda. Sabemos que cuanto más profundo se inhala, más nicotina y toxinas se toman, ayudan a la adicción y es más difícil dejar de fumar».
Los cigarrillos mentolados, precisó, inhiben el metabolismo de la nicotina cuando ésta llega al hígado, se llama cotinina. «lo que significa que para las personas que fuman cigarrillos mentolados la nicotina permanece en su cuerpo más tiempo».
Dicha situación se agrava para aquellos que mastican el tabaco mentolado, ya que atraviesa la barrera gingival, lo que conduce a una mayor permeabilidad de las toxinas.
Expuso que si bien, recientemente, la FDA comenzó el proceso de reglamentación de productos de tabaco, admitiendo que el mentol debe ser retirado del mercado, no se incluye a pequeños cigarros con sabor.
Así, podría pasar un año antes de que la regla se haga pública, mientras que las enmiendas y los desafíos para los diversos productos tomarán años. Si embargo, la industria del tabaco podrá demandar e impugnar estos veredictos.
Ante ello, llamó a seguir luchando por las prohibiciones locales y estatales de productos de tabaco con mentol y otros sabores, con la finalidad de que no se pierdan más vidas, y que los más jóvenes no se enrolen en tal adicción.
Por su parte, el doctor Ori Tzvieli, director de Salud Pública de los Servicios de Salud de Contra Costa destacó que el uso de cigarrillos electrónicos por parte de jóvenes es actualmente uno de los mayores retos de salud pública que enfrenta el condado aunado al COVID-19.
«Ayer mismo llegamos a mil personas en nuestro condado que murieron de Covid. Pero toda la gente que empieza a vapear, ahora se traducirá en muchas, muchas más muertes en las próximas décadas».
Recordó que en los últimos 12 años en los que el mercado de vapeo ha estado relativamente sin regulación, muchos usuarios están empezando a «vapear» y a engancharse a los productos del tabaco, lo que tendrá efectos realmente perjudiciales para ellos, para sus familias y para sus comunidades en el futuro.
Y es que, de acuerdo con un informe en 2016, el uso de la nicotina en cualquier forma, incluyendo los cigarrillos electrónicos es inseguro, puede dañar el desarrollo del cerebro de los adolescentes, así como los impactos de aprendizaje de la memoria de atención.
Precisó que, tan solo una capsula JUUL, el cual es un cartucho que se coloca en el dispositivo de vapeo, contiene tanta nicotina como una cajetilla de 20 cigarrillos.
La industria del tabaco ha normalizado el «vaping» a tal grado, que los jóvenes se han visto muy tentados a usar dichos dispositivos a consumirlos sin pensar y conocer las consecuencias de estos productos.
Cifras que sacan humo
De acuerdo con el doctor, este año, 4 de cada 5 niños que han usado tabaco, han iniciado con «vaping» de sabor. Los padres desconocen esta situación pues los dispositivos pueden confundirse con artículos escolares.
Existen más de 666 puntos de venta en el condado de Contra Costa donde estos productos pueden ser adquiridos, mientras que hay un mayor número de establecimientos donde venden productos de tabaco en áreas más densas y con mayor número de personas con escasos recursos.
Tan solo en la ciudad de Pittsburg, hay 49 minoristas de tabaco, 19 están a mil pies de una escuela o área sensible a los jóvenes.
Ali Wohlgemuth del Consejo de Adolescentes y Jóvenes de Antioch, refirió que en dicha ciudad hay 69 minoristas de tabaco, lo que significa que hay casi tres veces más minoristas de tabaco que escuelas públicas; mientras que 1 de cada 3 de estas escuelas se encuentra a menos de mil pies de un minorista de tabaco.