La desigualdad hacia la mujer durante el COVID-19
Por Verónica Meza
Alianza News
Alianza News tuvo la oportunidad de participar virtualmente en la conferencia ofrecida por Ethnic Media Services que abordó el tema: El Impacto de la Mujer durante la Pandemia-COVID-19. La conferencia estuvo moderada por la periodista, Pilar Barrero y participaron destacados profesionales de la salud.
“La lucha por los derechos de la mujer han tenido un retroceso en los últimos meses. Es agravante como la mujer sufre discriminación en todos los niveles en los que se desenvuelve: en la casa, la política, en el trabajo, en el medio social, cultural y político. 2.73% de mujeres alrededor del mundo están en cuarentena y en la misma casa o medio ambiente que su abusador. Esto genera un aumento de 3.5 % de incidentes por causa de violencia doméstica, no sólo por sus parejas, sino también por sus hijos adolescentes”, comentó la Doctora Beatriz Duncan, Consejera de Reglamento y Leyes de UN Women.
De acuerdo a estadísticas proveídas por la Doctora Duncan, en 177 países las escuelas están cerradas y esto afecta a 1.66 billones de estudiantes alrededor del mundo. Entonces, ¿quién tiene que cuidar de esos niños, proveerles comida, cuidado y ayudarles con su educación a través del Internet cuando tienen el acceso? La respuesta es muy clara, “las mujeres”.
Asimismo, siguiendo el lineamiento de estas estadísticas, es catastrófico confirmar que a pesar de los avances tecnológicos, las video conferencias por Zoom o Skype, las video llamadas, las frecuencias 4.0 GHZ o casi la polémica frecuencia 5.0 GHZ; 500,000,000 de mujeres alrededor del mundo no tienen acceso a la tecnología, no pueden hacer una llamada para pedir ayuda, ni iniciar una demanda ante la corte; debido a que la nueva modalidad, nos ha obligado a entablar toda conexión, por seguridad de salud, a través del Internet.
De acuerdo a la Doctora C. Nicole Mason, Presidenta y Ejecutiva Oficial del Instituto de Investigación de Derechos para la Mujer (IWPR), hace solo unos meses, se estaba celebrando que la contribución laboral de la mujer alcanzaba la fuerza de un 51%. Sin embargo, con la llegada del COVID-19, 30 millones de personas han perdido su trabajo en los Estados Unidos, y la población más afectada han sido las mujeres porque se tienen que quedar en la casa para cuidar de la familia. Al quedarse en casa, no tienen acceso a las guarderías. Además, las mujeres que no pueden trabajar desde su hogar, tienen que elegir entre cuidar a los hijos o ir a trabajar. No se diga de las madres solteras que son el pilar económico, y que se han visto afectadas dramáticamente.
De esta manera, las mujeres son responsables del cuidado de la familia en general y de las labores domésticas, sin recibir ningún sueldo. La mujer invierte entre 20 y 40 horas por semana en el trabajo doméstico y en el cuidado de los hijos, la educación por Internet, los cuidados a los ancianos o miembros de la familia enfermos; y casi de 30 a 40 horas de trabajo asalariado. Mientras los hombres invierten de 10 a 20 horas de trabajo doméstico y casi 40 horas de trabajo asalariado. En pocas, palabras, las mujeres trabajan más horas que los hombres en los Estados Unidos, de acuerdo a estadísticas dadas por la Doctora Estela Rivero, Investigadora Asociada del Instituto de Desarrollo Global de Notre Dame Pulte.
“En 1930 durante la Gran Recesión de los Estados Unidos después de la guerra y la Gripe Española, ya había 24,000 enfermeras trabajando para el Ejército y para La Cruz Roja Americana. El activismo de la mujer durante esa pandemia y la Primera Guerra Mundial, la llevaron con los años a legalizar la contracepción en 1936 para disminuir la población a partir de los años de 1940, y dar cabida a una nueva generación de mujeres con mejores derechos. El activismo de las mujeres, logró que el Senado pasara la Enmienda 19 en el año 1920, y diera el derecho a las mujeres para votar después de décadas de protestas”, comentó la Doctora Kristen Swinth, Profesora de Historia de la Universidad de Fordham.
“Desgraciadamente, la violencia hacia la mujer se manifiesta de manera física, emocional sexual, financiera, y por medios sociales de Internet. La violencia sucede en mujeres que viven con su pareja o con mujeres que no están casadas, pero tienen un novio. El mayor caso de muertes por violencia, se manifiesta en las mujeres que tratan de huir o salir de una relación de abuso. “No hemos tenido un aumento de llamadas durante la pandemia, pidiendo ayuda por violencia doméstica. Y la respuesta es que toda la ayuda se ha dado a través del teléfono, y las mujeres están al lado del abusador o han sido obligadas a poner una bocina para no dejarlas pedir ayuda. La violencia doméstica, en sí, es una pandemia. Se encuentra en todos los países, en todas las culturas, en las pequeñas aldeas y en las grandes ciudades. No conozco ninguna cultura o religión en la que las mujeres no estén sufriendo de violencia doméstica. Esto es cultural y la diferencia radica en cómo se ejecuta”, comentó Mimi Lind, Directora de Comportamientos de Salud y Servicios de Violencia Doméstica de la Clínica Familiar Venice.
Es importante recordar de que el COVID-19 mejor conocido como el virus del Coronavirus, se inició en Wuhan, China en el año 2019. De acuerdo a datos ofrecidos por el Doctor Tung Nguyen, Profesor de la Universidad de San Francisco en la División General de Medicina Interna, cinco millones de personas han sido diagnosticadas con COVID-19 alrededor el mundo y en Estados Unidos más de 2 millones han sido infectadas con el virus.
De acuerdo al Dr. Nguyen, las minorías han sido las más afectadas en California. Esto equivale a 2,000 afro-americanos que han muerto durante los últimos tres meses. Así también, el 22.7 % de asiáticos, en comparación al 20.7 % de anglosajones.
Para finalizar, es importante recalcar que las mayores fatalidades ocurridas por el COVID-19, se han dado en los hombres. Pero las que han sufrido más las consecuencias de esta pandemia son las mujeres que están expuestas en todos los niveles familiares, laborales, económicos, sociales, culturales y políticos para afrontar esta nueva realidad. Después de la pandemia, nada será igual, se habrán perdido muchos trabajos y se tendrá que reinventar un nuevo sistema de educación, de vida y de ingresos económicos. Es aquí cuando la mujer necesita apoyo por parte de sus empleadores en cuanto a la flexibilidad de las horas de trabajo para compaginar las labores domésticas, el cuidado de los hijos y la familia en general. Es como si cada mujer en cada recóndito del mundo, llevará el peso del bienestar familiar y social sobre sus hombros