La mujer en Latino América tiene muchos logros que celebrar. Hemos tenidos presidentas en Chile, Argentina, y Brasil. Sin embargo, en México no debemos olvidar que la impunidad continúa sobre los asesinatos de las mujeres de Juárez, a más de 28 años de estos lamentables sucesos. Hasta ahora no hay respuestas, ¿A dónde lloran las madres ante la impotencia de nunca haber encontrado justicia para sus hijas y mirar la impunidad que gozan los culpables?.

Celebrando el centésimo aniversario de la 19na enmienda a la constitución, la cual garantiza y protege el derecho de la mujer a votar, y bajo diferentes lemas América y el mundo entero celebra a la mujer.  El Día internacional de la mujer es una celebración sobre los logros de la mujer a nivel social, económico, cultural y político.

De acuerdo con el portal internationalwomensday.com

se enfatiza la importancia de la lucha por la igualdad de género, manifestando que “Un mundo con igualdad de género puede ser más saludable, más rico y más armonioso”, entonces, ¿qué hay de bueno en eso?.

En Latino América también tenemos muchos logros que celebrar de la mujer. Hemos tenidos presidentas en Chile, Argentina, y Brasil, secretarias de estado, ingenieras y miles de profesionales, etc.

Sin embargo, el 2021 ha despertado bajo una oscura realidad: incremento de feminicidios en México, ataques con ácido en Colombia y Perú, y violencia en contra de la mujer en general en todo el continente.

Lo más grave del asunto es la poca, o incluso nula respuesta de nuestros gobiernos ante el incremento de violencia. El gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador solo respondió creando un decálogo recordándonos a todos que también hay violencia en contra del hombre, o culpando al “neoliberalismo”, o a los gobiernos anteriores.

Es injusto culpar a López Obrador por estos casos. Es necesario entender que hubo un importante aumento en la violencia desde el 2007 (año en que Felipe Calderón inició su “guerra” contra el narcotráfico), y tampoco debemos olvidar que los tratados de libre comercio firmados desde 1994 bajo Ernesto Zedillo y el PRI, han impulsado a miles de personas a laborar en maquiladoras y fábricas, algunas en situaciones desfavorables.

Sin embargo, el gobierno actual debe abandonar la postura de lavarse las manos bajo estas excusas. Es lamentable, y extremadamente peligroso, que no se presente ninguna propuesta o intención alguna para combatir el alza de feminicidios.

Constantemente dentro de su campaña de más de 18 años, López Obrador prometió detener la violencia y acabar con la corrupción, la impunidad y el nepotismo. Sobre la violencia en contra de la mujer, no se ha manifestado mucho. No ha establecido algún plan, no ha hecho nada.

Y no debemos olvidar que la impunidad continúa sobre los asesinatos de las mujeres de Juárez, a más de dos décadas de estos lamentables sucesos. A ellas, se han añadido múltiples casos, alrededor de la república.

En Colombia, desafortunadamente han regresado los ataques con ácidos a pesar de que en 2016 se aprobó la ley Natalia Ponce de León, víctima de un ataque con ácido en 2014, que eleva las penas de 30 a 40 años. Incluso, algunas publicaciones colocan al país sudamericano al nivel de países como Paquistán y Bangladesh, aunque es Inglaterra el país que registra más ataques de este tipo.

Hay mucho que celebrar pero también hay mucho que recordar, reflexionar y protestar.