En estos días, el duelo colectivo y los actos de duelo público están presentes en nuestras vidas desde todos los ángulos. La cantidad de dolor compartido se está desbordando dentro de nuestros hogares, nuestros lugares de trabajo, nuestras fuentes de noticias y nuestras comunidades, y se extiende a cada centímetro de la vida pública y privada.
A pesar de que todos estamos de duelo, esto no significa que las razones por las que nos lamentamos sean las mismas. Según los expertos en este tema: Las personas de color a menudo están sufriendo una pérdida de esperanza y seguridad además de la vida de alguien.
La sensación de seguridad de andar por la vida sin ninguna amenaza es vital para el bienestar de una persona pero muchos no tenemos esa comodidad.
Los Latinos dependemos en gran medida de la conexión humana, tanto con otras personas como a nivel comunitario. Las tradiciones, la cultura, el idioma y especialmente los rituales de muerte y duelo sirven para reforzar y definir nuestra identidad.
Hemos escuchado el dicho de ‘tu lucha es mi lucha’. La pérdida de alguien se siente profundamente, no es un ‘extraño’, sino una pérdida de uno mismo: falta una parte del todo.
Ese dolor se siente entre muchas comunidades cuando alguien muere debido a la injusticia racial. Ya sean por accidentes o injusticias al cruzar las fronteras, ataques verbales, por tener un acento o no hablar el inglés, por verse o vestirse diferente y muchas más razones.
Los Latinos de todo el mundo están unidos a través de nuestra lucha compartida contra las fuerzas de la opresión y el racismo. Esta experiencia compartida profundiza el dolor que sentimos cuando nos enteramos de la muerte de otra personas en manos de la injusticia. Lloramos por la comunidad, por la familia, que incluye las innumerables vidas que fueron tocadas por el individuo al que le robaron la vida.
El dolor también puede activar otro tipo de trauma: el miedo, el cansancio y el dolor constante que surgen de lidiar regularmente con diversas formas de discriminación se agravan cuando se acumulan traumas adicionales.
Lo que es exclusivo de la experiencia afroamericana del duelo es que lo que sea que estemos de duelo está sucediendo además del trauma que reside en nuestros cuerpos de la experiencia de la vida diaria de existir dentro de un sistema que históricamente y continúa agrediéndolos de muchas maneras.
El hecho es que la mayoría de las personas no tienen que presenciar con frecuencia muertes violentas de personas en sus propias comunidades. Cuando esa pérdida se muestra tan públicamente, requiere atención específica. En pocas palabras, el apoyo para el duelo no es el mismo para todos.
Es importante encontrar espacios donde nos sintamos seguros para expresar nuestro dolor, como grupos de apoyo, encuentros con otros miembros de la comunidad y ahora reuniones digitales. Esto puede hacer que la experiencia del duelo sea más fácil y accesible de muchas maneras.
Los profesionales de la salud mental, emocional, espiritual y pueden ayudarnos a explorar formas de abordar el dolor, apoyar a nuestras comunidades y cuidar de nosotros mismos. Por último, no subestime el poder de la atención de la salud mental adaptada específicamente a nuestra identidad – Latina.