Indignantes son las acciones de racismo que se han desatado tanto física como verbalmente en contra de la comunidad asiática desde que empezó la pandemia en el año 2020.

Hace un año, el Condado de Santa Clara adoptó la resolución BOS-2020-43 apoyada por la Supervisora Cindy Chávez que denuncia la xenofobia y el sentimiento anti-asiático debido a la pandemia del COVID-19; y confirmando que este condado apoya y se compromete a proteger la seguridad de las comunidades asiáticas-americanas. Las razones son claras y justas, el Condado de Santa Clara es uno de los primeros condados de mayoría minoritaria en la nación y, como tal, los asiáticos han sido el grupo racial más grande desde el año 2014.

La comunidad asiática representa cerca del 38% de la población en este condado. Sin embargo, a pesar de la fuerza laboral que representa esta comunidad, los incidentes de discriminación, odio, crímenes, y agresiones en contra de los asiáticos-americanos en relación a otros grupos étnicos, han aumentado en el país, y a nivel mundial porque han sido señalados culpables por el coronavirus originado en Wuhan, China.  

En contra a los incidentes racistas, el Departamento de Estudios Asiáticos-Americanos de la Universidad de San Francisco en colaboración con otras organizaciones crearon un sitio a través del Internet, en el que las víctimas pueden compartir sus historias de incidentes de violencia, odio, acoso, persecución y bullying infantil en contra de los asiáticos-americanos e isleños del Pacífico en el Estado de California y a nivel nacional.

Estas plataformas de expresión son importantes para brindar apoyo a las víctimas, y pasar la información de que no están solos en esta lucha de justicia social. Sin embargo, se necesitan acciones sociales inmediatas que conlleven a generar respeto, compasión y equidad de manera orgánica y sin prejuicios. Entonces, ¿por dónde hay que empezar, si a lo largo de la historia no se han podido parar los incidentes de racismo en contra de los afro-americanos, en contra de los hispanos, en contra de los asiáticos, en contra de todos?

     Quizá la respuesta no se encuentre flotando en un macrocosmos de posibilidades, y se tenga que empezar desde la parte individual y medular de la esencia humana, al provocar y generar una conciencia asertiva a través de la educación.

     Con este aspecto en mente, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Tiffany Chao quien es la Directora de Servicios Estudiantiles en The Girls’ Middle School, una escuela de educación progresista ubicada en Palo Alto, California. Tiffany tiene una licenciatura en psicología y una maestría en consejería de la Escuela de Educación de Estudios Superiores de Harvard. Tiffany nació en los Estados Unidos, y es de origen chino. En sus quince años en el campo de educación, primero como instructora de chino y consejera, Tiffany nos comentó de sus sentimientos de tristeza, enojo y miedo ante toda la agresión que está sufriendo la comunidad asiática, “Estos incidentes de racismo han estado pasando por largo tiempo. Solo que ahora están en las noticias. Ha habido movimientos en contra de los asiáticos desde el año 1820. Pero la gente no lo comenta. Todo se ha enfocado en la protesta de que la vida de los afro-americanos es importante. Y hasta ahora se dan cuenta que lo mismo ha pasado con los asiáticos”.

Tiffany Chao de una manera abierta nos comentó que a lo largo de su niñez y juventud tuvo muchas experiencias de discriminación, y preguntas rudas basadas en asunciones por su apariencia. Nunca fue agredida físicamente, pero Tiffany no alcanzaba a comprender la rudeza de muchas personas. Fue hasta que llegó a la universidad, empezó a estudiar, y trató de racionalizar estos incidentes racistas. “Hay que enfocarse en cómo prevenir el problema, una vez que ya pasó un incidente de odio, es demasiado tarde. Yo trabajo en una escuela y una de mis funciones es cómo proveer un lugar seguro para la comunidad de estudiantes asiáticas. Necesitamos educar a los niños y a los jóvenes en la comprensión de la diversidad cultural. Enseñarles el valor de cada cultura. No es tarde para generar un cambio con cosas simples como leer una novela que se enfoque en diferentes razas, compartir historias en los medios de comunicación. También, hay que parar inmediatamente a la gente que provoca incidentes de odio. Por esta razón me dedico a la educación, para cambiar los estereotipos, no atacar a las personas por su apariencia física y estar más abiertos a lo que pasa en el mundo. Necesitamos tener más conocimiento de la diversidad racial, enfatizar y mostrar más empatía orgánica como seres humanos”, recalcó la educadora Chao.

 La consejera Tiffany y otros maestros han estado organizando en su plantel escolar, foros abiertos en el que todos los estudiantes y personas interesadas puedan compartir sus historias o escuchar testimonios de los incidentes recientes en contra de los asiáticos; y compartir un momento de solidaridad.

     Asimismo, conversamos con Olivia Seto, estudiante de 8vo. grado en The Girls’ Middle School. Olivia y sus padres nacieron en los Estados Unidos, pero los abuelos son de Hong Kong, emigraron en 1940 por el lado materno, y en 1970 del lado paterno; así es que Olivia se considera china-americana. Al preguntarle cómo se siente acerca de los incidentes en contra de la comunidad asiática, nos dijo, “Primero traté de negar e ignorar que algo serio estaba pasando. Yo nací en este país, y me siento americana, qué me puede preocupar. Pero luego, sentí mucho dolor. Mi madre mencionó que su tía que vive en Nueva York tiene miedo de salir por temor a ser atacada. Estos sentimientos son inquietantes. Tengo muchas pláticas al respecto con mis padres en casa, y me recomiendan que me cuide. Mi madre dice que tenemos que estar alertas cuando vamos al mercado, y elegir posiciones abiertas en la que podamos ver alrededor para evitar posibles ataques por la espalda. En la escuela, me siento segura porque hay una comprensión de lo que está pasando y contamos con información acertada de los hechos”, declaró Olivia.

      Olivia Seto, comentó que en la escuela primaria algunos niños la llamaban con nombres peyorativos raciales; y ella sentía un gran miedo y dolor que no podía expresar abiertamente. Olivia nos da, quizá, un testimonio de los sentimientos encontrados y de tristeza que muchos jóvenes asiáticos están viviendo en estos momentos, y que no tienen la oportunidad de expresarse abiertamente. En parte porque en sus casas no se habla del tema o el sistema educativo no apoya plataformas para abordar estos problemas.

     “Pienso que no hay una solución fácil para acabar con los incidentes de odio. Pero sí podemos marcar una diferencia a nivel individual; al concientizar a la comunidad de lo que está pasando, rodearnos de gente de diversas culturas y razas, no seguir los estereotipos establecidos por años. Dejar que la gente comparta sus experiencias de vida. Donar dinero a organizaciones que protejan los derechos humanos, firmar peticiones directas al gobierno para que hagan reformas de protección al ciudadano. Es importante ser empáticos con todos, y educarnos acerca del tema del racismo para ayudar a la gente. Mi mensaje es que nos tenemos que cuidar, apoyar a los amigos asiáticos y enfrentar el racismo”, comentó Olivia Seto, una jovencita de 8vo. grado.

     Compartimos la opinión acertada de la estudiante Olivia y de la educadora Tiffany, ¿qué podemos aportar de forma individual para concientizar a nuestro círculo cercano de personas acerca del racismo? Pero también, hacemos un llamado al sistema educativo, a los gobiernos locales, estatales y nacionales a invertir en el futuro de los estudiantes. Se necesita una reforma en las unidades de estudio en el que las clases de manera directa desde el nivel de primaria hasta la preparatoria aborden los temas de racismo, igualdad, equidad, conciencia civil, empatía y respeto. Las clases de historia se implementaron para que el individuo pueda aprender del pasado, mejorar el presente, pero no, para estar repitiendo las mismas conductas de racismo, odio y ataque a la diversidad cultural, que han existido desde la llegada de inmigrantes europeos a finales del siglo XV  en este país.

     La vida de los afro-americanos es importante, la vida de los asiáticos cuenta, la vida de los hispanos o latinx cuenta, la vida y la dignidad de un ser humano, no debería empezar a respetarse cada que hay una marcha que origina caos, y porque es la moda. Estamos hablando de una cuestión de conciencia individual que repercute a nivel social; y que se puede moldear y adquirir, primero en la casa, y si el medio familiar no es el propicio, el sistema educativo tiene el compromiso moral y social de abordar acertadamente estos temas de racismo, inmigración etc.

     Agradecemos el valor y la entereza de la educadora Tiffany Chao y la estudiante Olivia Seto en compartir sus historias. Nos despedimos con una acotación de Martin Luther King, activista afro-americano  (1929-1968),  “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”.

Si usted cree que sus derechos civiles o los de alguien más han sido violados puede completar un reporte. La División de Derechos Civiles tiene la obligación de reforzar las leyes que lo protejan de discriminación basada en su raza, color, nacionalidad, incapacidad física, sexo, religión, estatus familiar o la pérdida de otros derechos constitucionales. Visite el sitio: https://civilrights.justice.gov. Para ayuda inmediata llame al 911.