La historia en el fútbol dice que las revanchas existen, a veces tardan pero llegan; y tras la clasificación australiana a disputar su pase a Qatar ante Perú, pareciera que esto vuelve a hacerse notar, aunque también en el fútbol cada capítulo de su historia se escribe de distintas maneras.

Hablar del Australia ante Perú nos remonta solo a un recuerdo entre ambos y data del mundial de Rusia el pasado 2018, no se enfrentaron nunca antes ni después. a diferencia de aquel mundial, hoy solo uno podrá repetir de manera consecutiva su participación mundialista, el que gane le sacará ventaja al otro en participaciones pues ambos llevan 5 presencias en los mundiales.

La llamada revancha para muchos tendrá caras que podrán verse nuevamente; por el lado de Australia siete futbolistas repiten de Rusia 2018; su arquero Ryan, los defensores Behich y Degenek, los volantes Mooy e Irvine; así como los puntas Leckie y Mclaren tienen en el recuerdo haber enfrentado a Perú en Rusia; por el lado sudamericano Guerrero y Santamaría titulares aquella vez ya no están en la convocatoria; además de Polo, Loyola y Ruidiaz. Digamos que por el lado peruano, mantiene la base de su plantel mundialista; algo que tampoco garantiza nada a la hora de saltar al terreno de juego.

¿Pero cambiaron mucho estas selecciones en cuatro años?; la esencia y estilo no se puede cambiar, Australia sigue basando su juego en la fortaleza física, el vértigo que le pone al juego directo mientras que los peruanos no traicionan a su historia, la del toque a ras de piso, el juego de elaboración o asociación, aunque si encontró una forma diferente de asociar con su nuevo delantero y goleador Gianluca Lapadula. Con Guerrero Perú intentaba salir largo y buscando que la fortaleza y habilidad de Paolo gane el dividido o descargue para sus compañeros por los lados; con Lapadula es distinto, el llamado “Bambino” no es de apelar a la fuerza o generar rebotes, es un delantero que genera espacios, hace diagonales, marca el pase a sus medios, asocia más, y Perú luego de algunas fechas, aprendió a jugar con su nuevo punta.

Para muchos los peruanos parten como favoritos, pero queda claro que definir a un solo partido en un terreno nuevo, con un clima poco conocido por los de Gareca; además de que el nervio y la ansiedad es un aditivo en contra, hacen del favoritismo peruano algo que solo puede quedar en el papel.

Esta Australia tiene la ventaja de haber jugado toda la eliminatoria en el continente asiático, es más, hasta de haber jugado algunos partidos ya en Qatar; cuenta con un plantel donde la mayoría de sus elementos militan en el fútbol europeo, si bien no en equipos top, tienen en la práctica el hecho de jugar en escenarios donde la presión es el pan de cada día; y donde el nervio y la ansiedad es una característica poco común en deportistas de esta parte del mundo.

Será un juego donde los extremos del mundo verán el centro del mismo; donde peruanos y australianos viven a su manera los nervios y la ansiedad. En Perú se habla de suspender actividades a la hora del juego, los centros educativos en su mayoría han suspendido clases; las programaciones de los distintos medios de comunicación se han adaptado a la hora del juego; los restaurantes y demás preparan una jornada de bonanza y consumo en la previa y con la confianza que el resultado les será favorable con lo que la ganancia del día puede salvar el mes. Hasta los políticos ruegan con un resultado favorable que les permita dejar de ser portada en los medios impresos más importantes. y es que en Perú el fútbol es una forma de vida, y la selección de fútbol es el patrimonio más importante hoy por hoy, a los de Gareca se les perdona todo siempre y cuando vuelvan a otro mundial, no hay otro tema de conversación en las calles peruanas y las prendas más vendidas son las camisetas blanquirrojas que el día del juego se lucirán en todas las calles peruanas.

En Australia no hay tanta fiebre, o no se trata de un fenómeno como en Perú, viven su posibilidad de manera serena y con menos presión al no ser considerados favoritos como lo señaló su técnico; pero eso no quita que se jueguen no solo la posibilidad de ir a otro mundial, sino el hecho de demostrar que su decisión de jugar la eliminatoria asiática no fue un error. Australia se cansó de jugar repechajes por su continente de origen; migró a Asia con la esperanza de clasificar de manera directa, el 2018 lo logró, hoy el destino y el fútbol lo puso otra vez en repesca y ante un sudamericano.

Dos culturas distintas se vuelven a encontrar, la fuerza contra la habilidad, la vicuña peruana contra el canguro australiano como algunos lo han escenificado; el hecho es que una de las dos selecciones sacará ventaja a la otra tras el partido, una le dirá a la otra que el partido de este 13 de junio valió más que el del 26 de junio para Rusia hace cuatro años.