Pasaron 20 años para que se supere lo hecho por Brasil en el mundial asiático y 36 años para que Argentina levante su tercera Copa del Mundo; y 5 mundiales para que por fin Messi pueda descansar de la presión maradoniana y ya no tenga punto de comparación con Diego.
Argentina vino de atrás en un torneo donde la derrota ante Arabia Saudita hacía prever otra jornada de sufrimiento y crisis en el equipo de Scaloni, pero la vida y el fútbol si son justos, y Lionel no podía irse sin levantar la copa más importante en el planeta; el mejor del mundo tenía que obtener el trofeo más preciado; Di María no podía irse habiendo marcado goles solamente en finales de JJOO, Copa América, y Finalísima, no podía irse del fútbol sin hacer historia en todas las finales.

No solo celebra Argentina, lo hace Sudamérica, los que amamos el fútbol, los que esperábamos a Lionel con su copa, los que entendíamos que el argentino tenía que superar a Mbappé si quería ser el mejor de todos los tiempos. Rompió varias marcas esta selección; la de tener al técnico más joven en obtener un mundial, la de tener en Messi al jugador con más partidos en la historia de los mundiales, la de lograr por primera vez que un Campeón de América vigente pueda ser Campeón Mundial.
Scaloni llegó como interino, el inexperto le decían, el plantel se lo pasará encima, era el comentario unísono de los medios en su país. Pero Lionel scaloni hizo lo correcto, rodeó a su máxima figura de un plantel que jugó con él y no para él; un plantel que protegió a Messi, que jugaba sin necesidad de dársela siempre al 10; y así encontró juego y corazón, ese corazón que marcó la diferencia con sus rivales y que hizo que levantara momentos difíciles como ante Holanda, y la propia Francia que en algún momento parecía conseguir su tercera viniendo de atrás en el juego. Si algo resaltó en Messi en este torneo a diferencia de los otros cuatro, es sin duda ese carácter que se le pidió siempre, ese espíritu maradoniano de liderar un grupo, de arengar, de ponerse siempre al frente de todos tras cada partido, y hasta de discutir con los rivales defendiendo a su equipo; Messi fue otro desde el espíritu que mostró, tal vez no tenga el mismo pique corto de cuando apareció pero queda claro que muchas veces, el corazón también gana torneos.
Pero si hablamos del partido en sí; podríamos decir que estuvimos ante una de las mejores finales del mundo; con goles, emociones, replanteos, con los mejores jugadores del mundo en ese momento, etc. Argentina siendo el protagonista con un primer tiempo perfecto; con De Paul quitando y asociando, con Enzo Fernández (quien hace dos años aparecía en el fútbol y hoy fue el mejor joven del torneo) dándole salida y profundidad a su equipo; Messi marcando y colaborando con la marca, en fin; desdibujaron al poderío francés que recién a 15 minutos del final pudo encontrar en base al error y cansancio del rival la posibilidad de meterse al juego, y allí apareció Mbappé; para en dos toques suyos igualarlo y demostrar por qué a sus 22 años ya es un monstruo del fútbol.

Lo que vino después no deja de ser parte de un paquete extra de emociones y corazones latiendo a mil por hora; Messi anotando y Mbappé anotando daban la impresión que ese duelo de grandes no lo iban a definir nunca; y tuvo que aparecer un tercero, uno que cuando tuvo que marcar presencia lo hizo siendo vital, Emiliano Martínez en los penales. Si argentina creía que no había otro Sergio Goycochea, pues el “Dibu” no solo llevó a su sele a semis en esta vía, terminó dándole el galardón a su ídolo Lionel y puso fin a un encuentro donde los mejores jugadores en ese momento parecía no iban a poderlo definir entre ellos.
Argentina salió campeón y aun así no se puede dejar de reconocer lo hecho por Francia y ese gran equipo que tiene para dos mundiales más; no se puede dejar de reconocer a Marruecos que hizo historia metiendo a un equipo africano por primera vez entre los cuatro mejores del mundo; a la Croacia de Modric que por tercera vez se metió a un podio desde que lo hiciera con Suker a la cabeza en 1998.
Se terminó el mundial, un raro mundial para muchos por las fechas, los escenarios, el lugar en fin; pero viene otro con novedades. El del 2026 en Norte América, con más equipos, otro formato y seguramente con la aparición de nuevas figuras que buscarán convertirse en los mejores, y mejorar el legado de Lionel Messi.