Las Seis Fantásticas iluminan el Mundo de la Robótica de Silicon Valley
Por Verónica Meza, Alianza News
Palo Alto, CA.- Con tan solo trece y catorce años, seis estudiantes de origen hispano se han adentrado en las ciencias y el mundo de la robótica, al construir a los robots, “Wall-e” y “Eve” quienes han capturado la atención en diversas competencias en el Área de la Bahía.
Alianza Metropolitan News tuvo la oportunidad de darle el seguimiento a una serie de entrevistas a la maestra que dirige este proyecto de VEX de Robótica, y a sus estudiantes de la escuela secundaria, The Girls’ Middle School, GMS, por las siglas en inglés. Alice Chang, quién es originaria de Taiwán nos comentó que ella llegó a los Estados Unidos para iniciar su educación secundaria. No sabía hablar inglés, y tuvo que aprender como muchos de los inmigrantes en este país. La maestra Alice se graduó de Ingeniera Eléctrica y en Ciencias de la Computación con una licenciatura y una maestría del Instituto de Tecnología de Massachussets, MIT, por las siglas en inglés. Además de contar con una especialización en psicología. La maestra Alice Chang enseña matemáticas para 6to. Grado en GMS, y está a cargo del programa VEX de Robótica. The Girls’ Middle School alberga a estudiantes de diferentes culturas de origen estadounidense, asiático, hindú, europeo, entre otras. Sin embargo, la maestra Alice decidió darle la oportunidad de aprender y vivir esta experiencia robótica, a las estudiantes hispanas que fueron premiadas con la beca Bennett Scholars que cubre los costos académicos, de estas estudiantes, por tres años en GMS.

“Considero que la comunidad inmigrante latina es parecida a la comunidad asiática. Provenimos de un nivel socio-económico de la clase baja-media, tenemos las mismas dificultades financieras, y tenemos que adaptarnos a esta cultura y aprender inglés como nuevos inmigrantes. La cultura asiática exige que los hijos aprovechen su educación al máximo. No sé exactamente qué piensan las familias latinas, pero creo que esta experiencia de construir robots en este grupo de estudiantes latinas, va a despertar o afirmar el gusto por las ciencias. Veo a pocos latinos en el área de tecnología que trabajan en el Valle del Silicio y que tienen trabajos de liderazgo. También ve a pocas mujeres en estas posiciones de tecnología”, comentó la maestra Chang”.

Con gran compromiso, la maestra Alice ha liderado a seis estudiantes de origen latino para adentrarse en el mundo de la informática; al construir dos robots que han participado en múltiples competencias en diversas escuelas y recintos tecnológicos del Área de la Bahía. Antes de crear a los famosos robots Wall-e” y “Eve”, el grupo de “Las seis fantásticas”: Andrea Maldonado, Diana González-Morales, Giselle Ochoa, Jeniffer Castro, Melany Ibarra y Daphne Martínez, crearon su propio libro de ingeniería digital, en el cual, a manera de diario, escribían el proceso de diseño de sus robots. Empezaron con la misión del equipo de trabajo, crearon sus propias reglas del juego con un puntaje de progreso, siguieron con la expectativa del robot, continuaron con el diseño y la manera de ensamblarlo. Después empezaron el ensamble que requirió de varias pruebas; de acuerdo a la reflexión y punto de vista del equipo, necesitó ajustes para el funcionamiento del robot. A demás, agregaron ruedas que pudieran permitir que sus robots se transportaran de un lugar a otro. Y siguieron con lo más interesante, la programación de los cerebros y la parte eléctrica que daría vida a estos personajes robóticos. Después de múltiples pruebas, ensambles y duplicados terminaron a “Eve”, el preciado robot.
“Con el apoyo de la maestra Alice, tomamos un taller de introducción a la robótica en Google. De ahí partimos. Construimos a “Wall-e “con metales y piececitas usadas. Yo me encargué del coding, la codificación del robot. Quiere decir, cómo dividir los controles y para dónde se va a mover, si es arriba, abajo, en círculo etc. Consiste en usar los ejemplos del proceso de codificación. No hay ningún manual. Todo se trabaja en la computadora. Después sacamos la memoria, se la ponemos al robot, probamos la velocidad. Luego ponemos el cerebro en la computadora, otra vez, y hacemos los ajustes. El código de “Wall-e”, lo pasamos a “Eve”, al nuevo robot, comentó la estudiante de 7mo. Grado, Diana González-Morales.

Asimismo, Melany Ibarra, estudiante de 8vo. grado nos dijo, “Yo entré dos semanas después de que el proyectó empezó, pero me integré rápidamente. Ayudé a construir con otras dos compañeras, a “Eve”. Disfruto el trabajo en equipo. He visto cómo mi trabajo y mi esfuerzo ha ayudado en este proyecto. Ahora me gusta la robótica y quiero estudiar ingeniería y negocios en la universidad”.
Por otra parte, Andrea Maldonado, también estudiante de 8vo. grado nos comentó, “Vimos varios videos que mostraron cómo se construye un robot para iniciar este proyecto. Tomamos clase un día por semana, y de ahí partimos. En este proceso, he aprendido a solucionar problemas. Al principio, estábamos muy estresadas porque el robot no funcionaba y tuvimos que corregir todo muchas veces hasta que trabajó. Quiero estudiar ciencias de la computación”.
Podemos apreciar cómo al involucrar a los estudiantes en el mundo de la robótica, favorece el trabajo en equipo y el desarrollo de habilidades cognitivas. Por ejemplo, aprenden de los errores, y descubren que éstos son la base para diseñar nuevas rutas que los llevará a alcanzar un objetivo brillante cuando se trabaja con constancia.
Sabemos que los robots son cada vez más inteligentes y capaces de realizar actividades con precisión y rapidez. Se puede programar y analizar su comportamiento o movilidad para mejorar su rendimiento. Y precisamente, están diseñados para ayudar a los seres humanos porque están construidos por la inteligencia humana. Y ese debería ser el propósito de seguir creando robots o inteligencia artificial; apoyar las funciones humanas, sin substituir la compasión, el cuidado y el amor que un ser vivo puede dar.

Al entrevistar a cada una de las participantes del grupo de robótica en GMS, pudimos percibir el valor que cada una de las estudiantes le dan al trabajo en equipo. Y cómo seis cerebros juntos, pueden dividir los aspectos que harán funcionar el cuerpo mecánico y eléctrico que dio vida a sus robots. Pero todos sabemos que toda historia exitosa, no se hace sola. Detrás está el tiempo, el esfuerzo, y la pasión por las ciencias y la robótica, de la maestra Alice Chang, y de la mentora Heather Baker, que hicieron posible que este grupo de estudiantes pudieran alcanzar su objetivo. Asimismo, al grupo de maestras que acompañaron a estas estudiantes para supervisar las clases de robótica después de la escuela: María Pérez, Frances Kao, Kylie Jue and Eva Waterman.
“Como equipo construimos a “Walle-e” y a “Eve” para llevarlos a competencia. No, nos ponemos tristes sino ganamos, porque aprendemos de los errores. Quiero ser ingeniera en robótica o codificadora. Quiero diseñar robots que cuiden a las personas, tipo enfermeros, para tener un mundo mejor”, comentó la estudiante Diana González-Morales.
“Veo que los estudiantes latinos que quieren estudiar robótica, deben de seguir adelante y no darse por vencidos. Desgraciadamente, en esta área, las puertas para los latinos no están abiertas porque no hay adultos latinos que se dediquen a la robótica. A esta nueva generación de estudiantes, les toca iniciar y abrir estas puertas en el campo de la tecnología, que han permanecido cerradas para todos los latinos”, recalcó la maestra Alice Chang.

Aplaudimos la dedicación y la entrega que han tenido el grupo de “Las Seis Fantásticas” para codificar, diseñar y construir a sus robots, “Walle-e” y a “Eve”. Qué sigan las competencias, el éxito, y las oportunidades de mejorar y adentrarse en el mundo de la robótica. Y así nos despedimos con una acotación de Woodie Flowers (1943-2019), quién fue profesor de ingeniería mecánica en MIT y cocreó la primera competencia de robótica para jóvenes, “Competir por el bien no de destruirse uno al otro; sino por el bien de mejorar y mejorar a ambos competidores como resultado de la competencia.