Un proyecto de ley para exigir que las escuelas notifiquen a los padres que sus hijos deben estar vacunados contra el virus del papiloma humano (VPH) antes de comenzar octavo grado, se está considerando presentar en la próxima legislatura de California.

La iniciativa es parte de un esfuerzo para vacunar a más niños contra las cepas del virus que causan cáncer antes de que inicien su vida sexual.

La ley propuesta, la AB 659, no exige la vacuna para los estudiantes de escuela media, como se propuso originalmente. Esa disposición fue eliminada por los legisladores sin ningún debate, lo cual refleja la polémica que causan los mandatos de vacunación en las escuelas, incluso en un estado cuyas leyes de inmunización están entre las más estrictas del país.

El proyecto de ley de la asambleísta Cecilia Aguiar-Curry también requeriría que los estudiantes de universidades públicas menores de 26 años presenten una prueba de vacunación contra el virus, una propuesta más “tolerable” para aquellos padres a quienes incomoda la idea de una vacuna que vincula a los adolescentes con el sexo.

Los activistas antivacunas se manifestaron rápidamente contra el proyecto de ley, que consideran un ejemplo indignante de la extralimitación del Gobierno. Un grupo llamado Freedom Angels se jactó de haber presionado a los legisladores para que abandonaran el mandato de vacunación de adolescentes, lo que sus miembros llamaron “una gran victoria”.

Desde 2006, cuando se lanzó la vacuna contra el VPH, han circulado rumores infundados de que causa daño neurológico o hace que los adolescentes se vuelvan infértiles. Menos del 55 % de los niños de 13 a 15 años en Estados Unidos se vacunaron contra el VPH en 2020, una tasa mucho más baja que la de otras vacunas infantiles de rutina.

Para la profesora de leyes y políticas de salud en la Universidad de Stanford, Michelle Mello, “Es un momento difícil para emprender esta lucha, se ha prestado más atención a las opiniones antivacunas desde el comienzo de la pandemia de covid-19”.

Estudios han confirmado que la vacuna contra el VPH reduce el riesgo de desarrollar cáncer en casi un 90 % cuando se administra a niñas y niños en la adolescencia temprana, presumiblemente antes de que estén expuestos a cepas peligrosas del virus.

Estudios académicos demuestran que los adolescentes en estados con mandatos de vacunación contra el VPH tienen mucha más probabilidad de recibir la vacuna.

Las tasas de cáncer de cuello uterino, que una vez fue una de las principales causas de muerte por cáncer entre mujeres estadounidenses, han disminuido con la vacuna y con el aumento en las pruebas de Papanicolaou. Aun así, se diagnostican más de 37.000 casos de cáncer causados por el VPH anualmente, y el año pasado el cáncer de cuello uterino mató a más de 4.000 mujeres. (Con información de EFE)